La comida siempre ha sido a través de la historia nuestro mayor impulso, no solo para la consecución de nuevas tecnologías, sino para la evolución de nuestra especie.
Es ilógico entonces pensar que uno de los principales motivos de consulta en pediatría sea que “mi niño no quiere comer”.
¿Qué está pasando entonces en nuestra forma de introducir los alimentos y de enseñarles a comer, que nos ha llevado a este rechazo general de los niños por los alimentos sanos?
Hemos retirado lo más importante, EL EJEMPLO, todas las especies animales de mamíferos y otras más, enseñan a sus hijos que comer y que no, a través del ejemplo, incluyéndolos en sus rutinas diarias desde el nacimiento, (así aun no coman nada) para que observen y con el tiempo las crías simplemente comerán lo mismo que sus padres.
No estamos dejando actuar su instinto, ofrecemos comida a nuestros hijos no cuando tienen hambre, que debería ser lo normal, sino cuando es hora.
Los humanos y más aún los niños son científicos en potencia, y la alimentación debería ser nuestro laboratorio de aprendizaje, entonces cuando limitamos su experiencia, no dejando que ellos solos experimenten, que tengan diferentes formas, texturas, colores, olores y formas; Le removemos el factor curiosidad a la ecuación y para ellos será mucho menos interesante.
El neurodesarrollo depende también de muchas de las actividades realizadas durante la comida, adquirir nuevas habilidades, dominar objetos, estimular músculos, desarrollo óseo y moldeamiento de la mandíbula y dientes, y como si fuera poco el habla y el lenguaje están también estrechamente relacionados con la forma de alimentación.
Te dejo unos consejos para que implementes en tu hogar y empieces a revolucionar la forma en que tu hijo se relaciona con la comida:
1) Desvincular la emoción de la comida, no es responsabilidad de los padres si come o no, solo ofrecer alimentos saludables.
2) Ejemplo: Involucrar en la compra, preparación y servida de los alimentos (TU HIJO comerá de adolescente y de adulto lo que comen sus padres en este momento).
3) Ofrecer un plato saludable idealmente igual a lo que comen los papas, adaptado en tamaño para el (50% frutas y verduras, 25% proteína, 25% cereal). Evitar embutidos, todo lo que venga en paqueticos, que diga niños, kids o baby, evitar también los jugos sobre todo los de cajita.
4) Planear con anticipación, buscar ideas de menú
5) Importante ofrecer 4 o 5 comidas saludables al día que contengan frutas y verduras (así no se las coma) en porciones adecuadas para su edad.
6) Evitar o limitar comida chatarra (pizzas, hamburguesas, papitas, perros, muchas salsas, domicilios etc.) NO OFRECER NO NEGAR
7)Incrementar la actividad física, juego al aire libre, limitar tiempo en pantallas (no usar como distractores para la comida).
8) Lo último, pero no lo menos importante, tu hijo debe ser el protagonista de su propia nutrición
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